Ensayo: "Las ideas y su sentido político"

Ensayo basado en la Ley de la Atracción, la Física Cuántica y las Profecías Mayas.

INTRODUCCIÓN

Como lo adelanta el título, este ensayo estará basado en la Ley de la Atracción, la Física Cuántica y las Profecías Mayas. No obstante, el objetivo no será desarrollar cada una de estas teorías, sistemas de ideas o como goce el lector de denominarlas.
Este ensayo persigue un objetivo un tanto más modesto: analizar la importancia de las ideas, comprender el poder que encierra cada una de ellas. Para ello, se ha tomado (no precisamente de forma arbitraria) las ideas mencionadas en el párrafo anterior.
Pero, ¿por qué estas ideas y no otras? En primer lugar, porque cada una de ellas encierra un trato especial en torno al poder que cada uno tiene sobre sí mismo y sobre su mente. Y, por otra parte, por la cantidad de seguidores que van ganando día a día o, en otros términos, por el lugar que van ocupando progresivamente en la constitución de nuestro escenario actual.
Las ideas encierran en sí mismas un poder aún más grande que el de las armas o las torturas. Las ideas son capaces de seducirnos y de someternos. Pero, también, de encausarnos hacia un objetivo y de reconocernos en el otro. Pueden ser tan abstractas como el idealismo o tan concretas como el materialismo. Pueden llevarnos a la perdición o a la evolución.
En síntesis, las ideas son la causa de todo aquello que la humanidad vive, siente y piensa.

LAS IDEAS Y SU SENTIDO POLÍTICO

Antes de emprender esta ardua tarea de analizar el poder de las ideas, es necesario comprender a qué nos referimos cuando decimos idea. No obstante, esto puede resultarnos algo complejo.
Probablemente, hemos mencionado alguna vez la frase: “Tengo una idea”. Y si bien esto quizá no nos ayude a conceptualizarla, sí nos deja algo bien en claro: todos tenemos ideas.
Las ideas son las imágenes que se hallan en nuestra mente. Ellas dan lugar a los conceptos, de los que se basan los análisis científicos y filosóficos. Representan todo aquello que las personas tomamos del mundo para admirar, reflexionar o transformar.
Ahora bien, existen y existieron en la historia de la humanidad numerosas ideas. Sin embargo, pese a sus diferencias, comparten determinadas características en común.
Ante todo, las ideas anteceden a los sujetos. Es decir, cuando todos nosotros nacimos, la Ley de la Atracción ya existía (a pesar de que quizá no hubiera tenido las repercusiones, ni el número de seguidores que hoy tiene).
No obstante, las ideas no sólo anteceden a los sujetos, sino que surgen de ellos. Así, la física cuántica antecedió a los nacidos en el año 2000 pero en la primera mitad del siglo XX, no hubiera podido existir sin la presencia de sujetos que la crearan.
Por otra parte, las personas desaparecen de este mundo. Lo que garantiza su permanencia en el tiempo son sus ideas. Este es el caso de los Mayas. Su cultura sigue latente aunque su Imperio haya desaparecido siglos atrás.
Asimismo, las ideas se constituyen como sistemas. Por ejemplo, las siete Profecías Mayas no son una serie de planteos independientes entre sí, sino todo lo contrario. Están compuestas por ideas interrelacionadas que forman un sentido en su conjunto, en su todo.
Hoy en día, con tanto camino andado en la ciencia y la filosofía, hablar de objetividad es imposible, lo mismo sucede con la universalidad. Las ideas también se encuentran sometidas a este supuesto. Toda idea responde a un determinado punto de vista, y respetarlo es esencial al intentar comprender la idea. De esta manera, podemos hablar de una física cuántica que se autoproclama como Física de las Posibilidades y que viene a romper los esquemas de la física tradicional. Decir que la física cuántica es una empresa poco seria sería privarnos de conocer qué puede aportar a nuestro mundo.
Mucho se ha hablado de la inmutabilidad de las ideas. A pesar de esto, considerar que las ideas no varían en el tiempo sería ingenuo. Las ideas están sustentadas por una base más o menos sólida. De esa base dependerá la capacidad de cambiar, transformarse o evolucionar. Es válido aclarar que todas las ideas tienen una potencialidad de cambio (aunque sea en el largo plazo). Es por esto que, por ejemplo, el sentido que se le daba en sus principios a la Ley de la Atracción era sensiblemente distinto al que se le da hoy en día. El sentido original afirma que los pensamientos de las personas influyen sobre sus vidas. Actualmente, esta Ley es asociada con que las emociones, las creencias y, hasta las acciones, atraen consecuencias que corresponden a experiencias positivas o negativas. La evolución que ha sufrido la interpretación de la Ley no es mayor, pero sí está claro que existe.
Las ideas son la base de todo lo que el hombre ha creado. Representan todo lo que el hombre es.
Las ideas tienen el poder de llevar a las masas a rebelarse de una opresión. Pero, también, el de dirigir a un grupo para que tome el poder de una nación por la fuerza. Tienen, fundamentalmente, un sentido político en sí mismas.
Las ideas se construyen y se interpretan en el seno de la sociedad. La familia es el primer órgano de significación del sujeto. Luego de ésta, las superestructuras (los medios de comunicación y el sistema educativo) se encargan de lo propio. El cuidar que las significaciones se conformen en torno a un sentido ciudadano y crítico, es tarea de todos.

La séptima Profecía Maya nos recuerda que sólo nuestra transformación interna, nos conducirá a nuevos sentidos, a una nueva realidad de paz y armonía. Al margen del nivel de veracidad que pueda tener esta idea, es un hábito que podríamos comenzar a practicar: el de elegir el consenso, antes que la guerra; la solidaridad, antes que el individualismo; y, en definitiva, el amor antes que la indiferencia.

28 de octubre de 2010
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