Carta familiar o amistosa

1. Carta:
Paraná, 10 de marzo de 2010

Ani:
¿Cómo has estado? Hace mucho tiempo que no sé nada de vos. ¡Yo estoy re contenta!
¿Te acordás que pensaba estudiar Licenciatura en Psicología en la UNC? Me pasó algo súper gracioso: ingresé en la página de la universidad y ¡me encontré con que ya habían cerrado las inscripciones!
Bueno, la verdad es que al principio no fue tan gracioso pero, después, me di cuenta que podía estudiar otra carrera. Fue ahí cuando me acordé que una profesora de la secundaria me había dicho que podría andar muy bien en Comunicación Social, entonces me inscribí en eso.
Aunque está lejos de lo que siempre soñé para mi futuro, no deja de estar copado. Por lo que vi, toca muchos temas y tiene una visión ampliamente social.
Además, me gustó mucho la buena onda de todos. Por suerte, no he tenido aún profesores con cara de perro o de esos que sólo van para cobrar un sueldo.
La primera semana la pasé genial. Tuvimos un curso de ingreso que, por momentos, me pareció aburrido y, por otros, interesante. Pero lo importante fue que pude empezar a conocer a mis compañeros.
En dicho curso hablamos de la universidad, de la carrera, recorrimos los edificios de la facultad e hicimos otras actividades que nos guiaron en el inicio de esta nueva etapa.
Hasta ahora, todo va marchando muy bien. Espero que me contestés. De verdad quiero saber algo de vos.

¡Te quiero mucho!
Luciana

2. Correo electrónico:



3. Sobre el destinatario:

La destinataria de los textos que redacté es una joven de 19 años llamada Ana. Ella vivió en Paraná hace algunos años pero debió mudarse a Buenos Aires porque tenía intenciones de comenzar la carrera de Licenciatura en Ciencias Biológicas en la Universidad de Buenos Aires (UBA).
Sus rasgos físicos más significativos son los siguientes: tiene su rostro cubierto de pecas, ojos marrones, pelo castaño, aproximadamente 1,60 m. de altura y algunos kilogramos por encima de su peso ideal.
Por otra parte, es una persona simpática, extrovertida, inteligente y solidaria. Sin embargo, me cuesta reconocerle algún defecto. Sin duda alguna, los tiene y el error es mío al no poder encontrarlos.
Si bien le fascina leer y organizar reuniones con su grupo de ciencia, no faltan oportunidades (cuando viene a Paraná) de salir juntas a bailar o simplemente de ir a tomar mates al Parque. Su compañía es verdaderamente agradable.

4. Semejanzas y diferencias entre la carta y el correo electrónico:

Claro está que ambos soportes (el papel y el electrónico) nos permiten plasmar ciertas ideas para poder comunicarlas a otra persona. Sin embargo, difieren mucho uno de otro.
La carta fue por mucho tiempo el medio de comunicación más usado. La diferencia más notable respecto del correo electrónico es el soporte que utiliza: la carta se escribe en papel, se pone en un sobre y se envía mediante un servicio de correos. Además, debe seguir al pie de la letra las reglas propias de la lengua y una estructura determinada: un encabezamiento que contenga lugar, fecha y una referencia al destinatario (Ej.: Querido amigo, Estimado cliente), un cuerpo y un cierre que incluya la despedida y la firma del remitente en cuestión.
Un detalle a tener en cuenta es que las cartas tardan mucho más en llegar al destinatario, además de tener un costo monetario directo para quien las envía. Es por esto que esta modalidad de comunicación está cada vez más en desuso.
Por otra parte, en pocos años el correo electrónico ha logrado masificarse. Esto se debe a que utiliza un soporte más frecuente para la mayoría de las personas: el soporte electrónico, el cual permite que la llegada al destinatario se efectúe en segundos y, además, con un costo cero para el que lo envía (salvando, por supuesto, el precio de conexión a Internet o del Cyber).
Otra diferencia respecto de la carta radica en la utilización de la lengua. Su base informal y su remedo con la oralidad, facilitan el incumplimiento frecuente de ciertas normas lingüísticas y da ciertas licencias como el uso de emoticones, de abreviaciones y de ciertos códigos comunes entre remitente y destinatario.
Además, el encabezado del correo electrónico tiene un formato distinto al de la carta. Esto se debe a que el primero está programado para que todos los datos que conforman el encabezado se puedan completar mediante campos de texto preestablecidos, mientras que en la carta, dichos datos deben ser redactados por el remitente.

5. Proceso seguido para la elaboración del trabajo práctico:

Luego de una tarde de cursado llegué a mi casa decidida a comenzar el trabajo práctico. Así que sin más, prendí la PC, abrí MO Word y me dispuse a redactar.
En primer lugar, simplemente fui anotando las ideas que me iban surgiendo. Luego de eso, leí todo lo escrito, le di un orden lógico y corregí algunos errores que encontré.
A medida que iban apareciendo dudas fui consultando distintos diccionarios online de términos y de sinónimos y antónimos.
Una vez que terminé la carta y el correo electrónico inicié sesión en WL Messenger para comparar mi trabajo con un compañero y debatir sobre los distintos errores y dificultades que habíamos tenido.
Al día siguiente, por la mañana, completé las consignas, las revisé y luego me acerqué a la fotocopiadora más cercana de mi casa para imprimir el primer borrador del trabajo práctico. Después, corregí nuevamente los errores encontrados y lo reimprimí.
Durante la clase práctica del día siguiente, reparé en que tenía aún algunos errores y que había textos que podía mejorar. Fue por ello que cuando regresé a mi casa nuevamente, me dediqué a reparar dichos errores y observaciones.
Luego de todo este proceso en el que el trabajo sufrió varias instancias de corrección, me dispuse a imprimir la versión definitiva.
En general, no hallé grandes dificultades en la elaboración. Surgieron algunas dudas respecto a la gramática pero pude solucionarlas rápidamente con ayuda del primer cuadernillo y de distintas consultas en la Web.

17 de marzo de 2010
Calificación: 9